29 julio 2013

Los Estados Hundidos de America



Cuando hace tres años, Grecia comenzó con sus problemas financieros, el problema rápidamente se expandió. ¿ Como pudo un país tan pequeño contagiar a toda el continente?, rápidamente los griegos fueron catalogados como una nación de evasores fiscales, que habían estado viviendo por encima de sus posiblidades a base de pedir préstamos. Portugal, Italia y España insitieron en que la situación griega nada tenía que ver con ellos. Pero lo cierto es que el contagio fue tan terrible, que Europa aún no ha terminado de levantar cabeza.

EEUU parece que sigue los mismos pasos, ahora están en el estado de negación sobre la quiebra de Detroit, justificando que es un problema puntual. Pero mucha gente piensa que Motown, es un caso tan excepcional, que debería servir como lección para muchas otras ciudades o estados. La que una vez fue la cuarta ciudad del país, creció gracias al desarrollo de una única industria, la automovilística. General Motors, Ford y Chrysler, fabricaban todos los coches que se vendía en EEUU, ahora venden menos de la mitad. La población ha bajado hasta el 60% desde 1950. La tasa de asesinatos es 11 veces superior a la media nacional. El último alcalde está en prisión. Cada vez hay más barrios enteros abandonados, degradándose sin parar. Las deudas acumuladas cuando Detroit era grande y rica, son imposibles de afrontar para una ciudad mermada y pobre.

Otros estados y ciudades deberían tomar nota, no porque vayan a terminar como Detroit el próximo año, sino porque la quiebra de Detroit es como un piloto de emergencia que indica que las cuentas de EEUU no cuadran. Aunque muchas ciudades/estados puedan argumentar que las causas de la quiebra de Detroit son muy particulares, hay un factor que es común a muchas administraciones. Muchos gobernadores locales, han hecho promesas imposibles de mantener, en el ámbito del gasto público ( pensiones y sanidad). Detroit está mostrando que ocurre cuando los dirigentes retrasan la reforma del sector público durante demasiado tiempo.

Casi la mitad de la deuda de Detroit, viene por las promesas en materia de pensiones y sanidad hechas a los empleados públicos. Normalmente los estados americanos y las ciudades, ofrecen unas pensiones que garantizan un nivel de vida a los funcionarios cuando se jubilen. Pero las propias estimaciones hechas por estas administraciones, reconocen que la caja de pensiones solo cubre el 73% de estos gastos. El ratio verdaro, calculado por agencias independientes, es un terrorífico 48% de media, lo que quiere decir que muchos estados están muy por debajo de esta cifra. El descuadre en la "hucha de pensiones" del estado de Illinois, representa un 241% del total de sus ingresos fiscales. Lo que quiere decir que tardaría dos años y medio en cuadrar la "hucha" y eso sin hacer frente a ningún gasto más, ni policía, ni sanidad, educación.....etc. La cifra para Connecticut es 190%, para Kentucky 141%, New Jersey 137%, ......etc.


El descuadre de las pensiones para el total de los estados de  EEUU se ha estimado en 2,7 billones de $, o lo que representaría el 17% de su PIB. Esto es sin contar, el descuadre de las ciudades ni las promesas de coberturas sanitarias hechas a funcionarios públicos jubilados de todo tipo. En Detroit por ejemplo la deuda por estos compromisos ( 5,700 millones de $) era aún mayor que la deuda que representan las pensiones ( 3,500 millones de $).

Con el aumento de la esperanza de vida, incluso en Detroit, estos costes cada vez son más altos. Los gobernadores locales, utilizaban estas promesas para captar votos de los funcionarios, y a la vez enviaban la factura a los futuros contribuyentes.


Cuentas insostenibles.

Aunque varían mucho de un lugar a otro, en general las cuentas son insostenibles. Cuanto antes salgan a la luz todos los casos, y se publiquen realmente las cuentas, antes podrán tomar decisiones los políticos, y antes entenderá la sociedad que se deben hacer sacrificios.

Los funcionarios se deberían jubilar más tarde. La administración debería cambiar la forma en la que calcula las pensiones, dependiendo menos de tu sueldo como se hace ahora, y pasar a depender más de las aportaciones al sistema de pensiones que se haya realizado durante toda la vida laboral.

Tarde o temprano, algunos de estos problemas llegarán a Washington DC. El caso de Detroit está en los tribunales, y aunque estos han sentenciado que los derechos de los funcionarios no pueden ser recortados, y que las promesas están para cumplirse, lo cierto es que las cuentas siguen sin cuadrar, y en el futuro esperamos ver estos derechos reducidos y por tanto promesas incumplidas. Además dadas las cifras tan altas que ya se están barajando, al gobierno federal no le quedará otro remedio que ayudar. 

Los ciudadanos de estados solventes, seguramente se enfadarán mucho, cuando vea que parte de sus impuestos irán destinados a cuadrar las cajas de otros lugares, como los Alemanes cuando han visto que tienen que poner dinero para rescatar a los países del sur de Europa. Lo cierto es que Obama está siguiendo la estela de George W. Bush de no hacer nada, en cuanto al descuadre contable, sigue pensando que las cuentas se equilibrarán solas sin necesidad de aumentar los impuestos. Mientras tanto el gobierno cada vez gasta más dinero en sanidad pública, incluso más que muchos países ricos, y aún no es capaz de dar una cobertura universal. 

Detroit solo es un piloto rojo.

Fuente: The Economist



2 comentarios:

  1. estados unidos no llegará a esto...tiene impresora...y estan acostumbrados a estos menesteres!

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  2. Un espagnol indigné30 de julio de 2013, 0:07

    La industria automovilística estadounidense, firmemente asentada en Detroit, ha sufrido en las últimas décadas la feroz competencia de los fabricantes japoneses, coreanos y europeos. A lo que habría que sumar la quiebra de los gigantes automovilísticos inmediatamente después del colapso financiero subsecuente a la caída de Lehman Bros., y que fueron generosamente rescatados por el gobierno federal. Pero lejos de parecerle todo esto a The Economist razones más que suficientes para intentar buscar las causas de la crisis de esa ciudad, las encuentra, sin embargo, en las pensiones y prestaciones sanitarias de los funcionarios. Parece ser que ellos solitos se las han ingeniado, con su afán de obtener buenas pensiones y buena atención médica, para arruinar a la boyante capital del estado de Michigan. ¿No parece realmente ridículo?

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